En todo el mundo hay más de 100 resinas fósiles reconocidos científicamente, pero sólo pocos de ellos son importantes como materia prima para la industria de joyería. En este caso mucha importancia tiene la edad de su creación y las condiciones en las que pasó el proceso de su fosilización. El ámbar báltico debe a sus propiedades físicas únicas al contacto con el agua del mar en una etapa temprana de la formación y el viaje natural que ha recorrido primero por los ríos, y en los últimos miles de años en las olas del mar a las playas. Gracias a esto, y gracias a la riqueza de los diferentes variedades de colores la joyería de ámbar báltico construye más del 90% de la producción mundial de adornos de resinas fósiles.
En una escala similar al ámbar báltico también se extrae el ámbar de Borneo. La ventaja de esta resina es la presencia de relativamente grandes piezas de predominantemente entre 20 y 100 gramos aunque su belleza está claramente inferior a otras resinas como más de la mitad de su peso es muy oscura y contiene muchas impurezas orgánicas.
En términos de la belleza con el ámbar báltico se puede alcanzar el ámbar dominicano, mayormente despejado, pero a menudo con una gran cantidad de inclusiones y propiedades fluorescentes naturales. Sin embargo, esta resina tiene peores propiedades físicas, es difícil cortarla y pulirla. Además, el depósito de ámbar dominicano es de piedra arenisca siatuado en las montañas dificiles de escalar que aumenta significativamente el coste de producción y altos precios de las materias primas.
Las propiedades similares tiene el ámbar mexicano, que, igual que el dominicano sale de rocas sólidas. Esta resina es, sin embargo, más oscura, muchos sólidos son de color rojo, que probablemente es el resultado de la actividad volcánica local.
De los ámbares norteamericanos merece la atención el cedarit que se encuentra en las orillas del lago Cedar en Canadá. Este tiene las características similares a succinite y como el mayor que él ahora no tiene el significado en la industria de joyería debido a sus pequeños tamaños.
En Asia, además de ámbar de Borneo cierta importancia tuvo en el pasado el burmite extraído en el norte de Birmania y los países vecinos. Sin embargo, a finales del siglo XIX la mayoría de productos artesanales eran de ámbar báltico, porque a pesar de tamaño considerable de birmita esta resina no es fácil de procesar, y además en términos de belleza es significativamente inferior a succinite.
La resina fósil de Japón se extrae de las montañas Kuji, sin embargo, los altos costes de su explotación y bajos recursos causan que la mayoría de los productos artesanales japoneses están hechos de ámbar báltico. El ámbar japonés tiene muchos colores desde el verdoso a casi negro y se lo puede procesar bastante bien, y al cortar o pulir emite un olor característico similar al olor de alcanfor.
En Europa, a una escala similar sólo se extraía el simetite en Sicilia, pero por los recursos muy bajos esta resina era reemplazada rápidamente con la importación de ámbar báltico.