Antes de hacer de la piedra cruda del ámbar un bonito colgante o anillo el producto debe recorrer un largo camino. Al principio el ámbar excavado o comprado se estudia y segrega. Para hacer el mejor uso de la materia prima se estudia cada pequeña barrica y esta evaluación determina su futura utilización. Las piedras más grandes, llamadas únicas están dirigidas sin elaboración inmediatamente al almacen actuando como materia prima para las obras de arte o mercancía lista para los coleccionistas. El material restante está separado por tamaño, forma y cohesividad del material y está dirigido a otras etapas desde cuales el primero está la pulización. Los gránulos utilizados en la selección preliminar para la producción de elemetos prefabricados de ámbar se corta en una forma deseada utilizando una sierra de diamante con la capacidad de refrigeración. El ámbar cortado en trozos angulares se elabora en las maquinas especiales para el elaboramiento del ámbar donde se lo convierte en perlas círculares o clásicos de joyería llamados ‘ojos’. Obtenidos de esta manera elementos de ámbar se pule a mano o con el pulido de tambor. Los productos finales de estos procesos están listos para el montaje completamente manual, o con la ayuda de las herramientas sencillas se los monta en guarniciones de plata o de oro.